Esta semana me faltó tiempo, así que cogí esta novela breve de Miguel Delibes, un autor cuyos otros libros me han gustado mucho. Como siempre, no me ha decepcionado, y no me arrepiento de haberlo elegido.
De hecho, el arrepentamiento es un tema importante de Señora de rojo sobre fondo gris. Como Cinco horas con Mario, se trata de la viudez; en este caso, del monólogo de un hombre a su hija que regresa de la cárcel. Durante su detención, se ha muerto su madre, la esposa del narrador.
Según cuenta él, su mujer, Ana, era excepcional: fuerte, inteligente, con habilidades sociales muy desarrolladas. Sin embargo, dejó la universidad y asumió un papel secundario a él, ayudándolo en su vocación de pintor. Él se pregunta por qué ella ha elegido esto, insistiendo en que ha sido decisión de ella, y piensa que debería haberse hecho escritora.
Es un personaje de una feminidad casi mística, o así lo ve su esposo. Puede que dice más sobre lo que él valora en una mujer que sobre ella misma. No perdió su figura esbelta, a pesar de haber tenido varios hijos. Se mantuvo muy fuerte, emocionalmente, cuando su propia hija se metió en la cárcel, y se enfrentó a oficiales del gobierno para protegerla lo mejor que pudiera. Cuidó con cariño a su nieta durante todo este tiempo, escondiendo su propia enfermedad progresiva para no añadir a las preocupaciones de su familia.
Aunque él se arrepienta de no haberla apreciado lo suficiente en todo momento de su vida, a diferencia de Cinco horas con Mario, este libro sobre todo retrata a una pareja y un matrimonio felices. Parece más bien que se profundiza en su luto culpándose a él mismo por su muerte, y preguntándose si ha sido demasiado egoísta y obsesionado con su arte.
Después de las primeras páginas, en donde se trata de forma alternante de las circunstancias previas a la enfermedad de Ana y su estoicismo después de la detención de su hija como presa política, empieza una historia más o menos cronológica de su enfermedad y los otros acontecimientos de la familia en este tiempo.
Como en otros novelas de Delibes, como El príncipe destronado, se va haciendo alusiones a un contexto social y político más amplio; en este caso, la muerte de Franco, la presunta causa de la liberación de la hija. Y, como todos sus libros, es un texto de una observación nitidísima de la vida y de la experiencia humana; por ejemplo, el hecho de que el narrador solo se da cuenta de ciertas etapas básicas del primer año de un niño, mientras que su esposa se entera de cada detalle, de cada primera vez.
Además, el narrador se va oscilando inexorablemente hacia otro tema: su ansiedad y sequedad como pintor. Se dice que la figura central de esta novela se basa en la esposa de Delibes, y me parece que también ha infundido al narrador con ciertas experiencias suyas, cambiando la escritura por la pintura.
Se daba la paradoja de envidiar al pintor que había sido, al pintor que era yo seis meses antes … ¿Qué valor tenía saber que había sido, si había dejado de ser? (p. 83)
Delibes retrata de forma fascinante las dudas y ansiedades que acompañan el proceso creativo. El narrador concluye al final que es Ana quién lo ha animado a continuar. Como en tantas historias de hombres artistas, la mujer ha sido su musa, aunque parece por sus otros comentarios (los que mencioné antes) que el protagonista no está completamente cómodo con este hecho. ¿Debería haber sido su esposa quién se dedicó al arte, mientras que él la apoyaba?
En efecto, se trata de un retrato en palabras de la esposa querida, narrado por un pintor que ya no puede pintar por la falta de ella. Como él dice que ella podría haber sido una buena escritora, tal vez es que ella todavía se canaliza a través de él…
Finalmente, quería comentar la aptitud del libro para lectores que tienen el español como lengua extranjera. Creo que es bueno; hay varias palabras poco usuales, así que aprenderás algo (como yo aprendí algo), pero por otro lado es un texto bastante corto, así que no te perderás leyéndolo durante semanas; sin embargo, faltan divisiones de capítulos – es más como un cuento muy largo.
Siento que el blog llegue un poco tarde esta vez. Todavía me estoy asentando de nuevo en Australia, y en un nuevo trabajo. Leí otro libro en español esta semana, Clases de literatura de Julio Cortázar, pero es de no-ficción y no suelo reseñar los textos de no-ficción en este blog (salvo unos de no-ficción narrativa).
Sin embargo, brevemente: Cabe decir que Clases de literatura es un libro fascinante; consiste en los transcriptos de una decena de clases que Cortázar dio en Berkeley en 1980. Hay unas meditaciones sobre la historia y la (entonces) actualidad de Latinoamérica, enfocándose en la Argentina, por supuesto, y el papel del escritor en esto, la diferencia entre la literatura comprometida y no comprometida, y otros temas.
Como sabe bien cualquier estudiante de literatura en español, ha habido muchísimos comentarios, artículos, y libros teóricos sobre este boom de la literatura latinoamericana, así que es genial y muy, muy informativo esta perspectiva en primera persona, de una de las personas que lo vivió y, por supuesto, lo escribió.
Me encantaría reseñar alguno de los libros de Cortázar en este blog – todavía no me he atrevido a leer Rayuela, pero me animo después de haber encontrado estos textos tan apasionados de él. Me he encantado los otros escritos suyos que he leído, incluyendo Bestiario, su primer colección de cuentos, que leí hace varias semanas y por alguna causa no reseñé.